lunes, 1 de septiembre de 2014

Elementos sobrenaturales y superstición en la literatura del siglo XVIII

La Ilustración es un periodo dominado por el racionalismo, la ciencia, la experiencia etc. que cortó prácticamente cualquier posibilidad de imaginación y fantasía. Esto explica la casi ausencia de material literario que contenga algún tema relacionado con la fantasía. Probablemente, el mejor ejemplo es el Tomo IV de las Cartas eruditas y curiosas de Benito Jerónimo Feijoo, en la carta numero XX, en la que se hace referencia a la existencia de espíritus y vampiros. Resulta llamativo este ensayo en plena efervescencia de la Ilustración. Otra obra relacionada con la superstición y la adivinación es un escrito de Diego de Torres Villarroel Calamidades de Francia pronosticadas por el Dr. D. Diego de Torres, en la que en una décima se predice la Revolución francesa y se anuncia la caída de la monarquía francesa. Los versos dicen así:

Cuando los mil contarás
con los trescientos doblados
y cincuenta duplicados,
con los nueve dieces más,
entonces tú lo verás,
mísera Francia, te espera
tu calamidad postrera
con tu rey y tu delfín,
y tendrá entonces su fin
tu mayor gloria primera.


La astrología y la adivinación no son sino una muestra más de que las supersticiones seguían muy vivas aún en el siglo de las luces. Para evitar el descrédito de escribir literatura de adivinaciones, Villarroel decide escribir bajo el seudónimo del Piscatore de Salamanca. Esto da buena muestra que la ideología dominante no era otra que el racionalismo. Otra obra en la que podemos encontrar algunos elementos relacionados con la fantasía, la imaginación etc. es el poema de Juan Meléndez Valdés Elegía Moral a Jovino el Melancólico. Los siguientes versos podemos ver algunos de estos elementos:

En él su hórrido trono alzó la oscura 
melancolía, y su mansión hicieran 

las penas veladoras, los gemidos, 
la agonía, el pesar, la queja amarga, 
y cuanto monstruo en su delirio infausto 
la azorada razón abortar puede. 
(...) 
¡Ay! ¡si me vieses ¡ay! en las tinieblas
con fugaz planta discurrir perdido, 
bañado en sudor frío, de mí propio 
huyendo, y de fantasmas mil cercado!





Estos versos bien podrían ser representados por el grabado de Goya El sueño de la razón produce monstruos. El poeta expresa de forma exagera sus sentimientos, los tonos tristes y sombríos se extienden por todo el poema y se puede apreciar algunos antecedentes del romanticismo como la referencia a criaturas fantásticas como monstruos y espíritus o la idea de la razón cegada por los sentimientos y el sentimiento de huida. Hay quien dice que se trata de poesía Prerromántica. Ya que el racionalismo aboga por alcanzar la razón mediante los sentidos, el poeta debe buscar un equilibrio entre la sensibilidad y la racionalidad. Como reza en el grabado El sueño de la razón produce monstruos, es decir cuando la razón está ausente, las fuerzas de la irracionalidad y la ignorancia toman el control, una idea puramente ilustrada.


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