miércoles, 3 de septiembre de 2014

El cuento romántico. Los tesoros de la Alhambra


Se trata de un cuento escrito por Serafín Estébanez Calderón (1799-1867) publicado en 1832 en el número cuatro de la revista "Cartas españolas". El relato está ambienta en la Granada del romanticismo, apelando a la tradición de cuentos folclóricos de origen árabe como Las Mil y una Noche. Además de apelar al folclore, encontramos otros elementos propios de la convención romántica, como el situar la acción durante la noche o la aparición de seres sobrenaturales. En esta entrada vamos a analizar algunos elementos de las convenciones románticas de hacer literatura, centrándonos en el fragmento que aparece a continuación.



“Ayer al asomar la noche, recogía el fresco por el puente último que lleva al Abellano, y donde viene también a dar la senda que conduce a las espaldas de la Alhambra. Solitario el sitio, y la hora a propósito, cuando una voz cercana a mí en extremo me sacó de mis ensueños, diciéndome: "¿Eres valiente? Quieres hacer fortuna?....” Volví los ojos y me encontré a un soldado de más alta estatura, con morrión de cresta, con gola y vestes azules, con el rostro no desagradable pero pálido y ceniciento (…) Me dijo que desde la conquista de Granada estaba preso en aquella torre, custodiando los crecidos tesoros que los moros habían rescatado y escondido de los cristianos, cuyo empleo enojos» lo cumplía enfadosamente. Que le estaba permitido el salir de tres en tres años para procurar su libertad,….”


El fragmento que aquí tenemos nos presenta una escena fantasmagórica, en la que aparece un espíritu de un soldado musulmán atrapado desde la época del Reino de Granada. El momento en que se sitúa la acción, la noche, el momento idóneo para los sucesos sobrenaturales es una convención romántica. Como se nos narra este espíritu solo puede ser liberado cada tres años y si se cumplen ciertas condiciones.

El espíritu encomienda al protagonista con la tarea de liberarle y a cambio le dará las riquezas que él estaba guardando. Aquí se puede apreciar otro de los elementos propios del cuento romántico, y es el gusto por tiempos lejanos e idealizados, en este caso la Edad Media, careciendo en la mayoría de los casos de verosimilitud histórica favoreciendo un uso más artístico, aunque en algunos casos sí que se respetan los sucesos históricos.

Este cuento tiene muchos de los elementos que utilizaban los autores románticos en su literatura y sobre todo se aprecia una ruptura con las reglas del Neoclasicismo como el hecho de que la acción se extienda por tres años, el uso de hechos históricos sin respetar el rigor histórico, referencias a épocas de un pasado ya lejano y la inclusión de elementos sobrenaturales o fantásticos.

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